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A partir de los 30 tu piel necesita que la cuides y la mimes como se merece. Con el paso del tiempo pierde elasticidad, firmeza y también parte de su reserva natural de agua. ¡No falla! Un día te levantas y ¡zas!, esas líneas de expresión casi imperceptibles se han convertido en arrugas profundas. No obstante, hay que tener en cuenta que una piel joven no tendrá las mismas necesidades que una piel madura, pero ambas encontrarán su salvación en el mismo tipo de cosmético: las cremas antiarrugas y antiedad.
A los 30
La prevención es la clave de todo. Ayuda a tu piel a retener la hidratación en la piel y seguir luchando contra el envejecimiento prematuro. Como ingredientes milagrosos, apuesta por aquellos cosméticos con ácido hialurónico para hidratar y vitamina C para aportar luminosidad. Además, no apliques la misma crema de noche que de día. Por la noche, son una buena opción los retinoides. Es el mejor activo preventivo. Tampoco olvides el contorno de ojos. A partir de los 25 se vuelve todo un imprescindible, ya que la piel deja de producir colágeno de forma natural.
A los 40
A esta edad, la piel pierde elasticidad y luminosidad. Las arrugas comienzan a ser más visibles y los signos de fatiga se hacen más evidentes. ¡No permitas que el paso del tiempo haga mella en tu piel! Escoge cosméticos con retinol, coenzima q10 y un complejo vitamínico que estimule la producción de elastina de la piel. ¿Un secreto? El booster se convertirá en tu mayor aliado.
A partir de los 50
Las pieles maduras son algo más difíciles de tratar, pero nada que no se pueda solucionar con una buena elección de productos. A partir de los 50 años, la dermis se vuelve flácida, se hunde y deja de producir colágeno y elastina de forma natural. Eso, sumado a factores como la menopausia, pueden causar estragos en tu piel. Para evitarlo, apuesta por hidratantes densas que ataquen a los diferentes tipos de arrugas y que potencien tu mejor versión.
Ácido hialurónico para hidratar tu piel
El ácido hialurónico (AH) es un polisacárido del tipo de glucosaminoglucano (es decir, un tipo de azúcar) que todos tenemos en nuestra piel de forma natural. Sus propiedades parecen mágicas. Una molécula de ácido hialurónico puede soportar hasta 1.000 veces su peso en agua y un gramo hasta seis litros de agua. Esa es una de las razones que lo han convertido en el ingrediente estrella de la cosmética y la medicina estética ya que tiene la capacidad de rellenar arrugas y rejuvenecer el aspecto.
Ácido glicólico, adiós a las células muertas
Perteneciente al grupo de los alfahidroxiácido (AHA), se utiliza para tratar pequeñas arrugas, la dermis que ha sido dañada por el sol o aquella que carece de luminosidad. Además, también se utiliza para exfoliaciones químicas que eliminan las células muertas de nuestro rostro que obstruyen los poros y facilitan la aparición de imperfecciones.
Ácido kójico para eliminar las manchas
Su principal función es disminuir, y de forma eficaz, las manchas de la piel, incluida las más oscuras. Además, eso no es todo, porque funciona como antioxidante y antibacteriano. Estas potentes propiedades lo han llevado a convertirse en uno de los ingredientes más usados en cosmética y dermocosmética.
Retinol, el todo en uno antiedad
No es un activo para todo el mundo. Si no lo usas bien o tienes la piel sensible, puede irritar tu piel. Una vez sabes esto, ¡es el activo antiedad milagroso favorito por excelencia, y no nos extraña! El retinol forma parte de los retinoides, un grupo de sustancias derivadas de la vitamina A y cuya principal característica es que son capaces de transformar la piel por su alto poder antioxidante y antiedad. Esta molécula, a través de ciertos mecanismos complejos que ocurren en el núcleo de las células, puede modificar el funcionamiento y el crecimiento de las células de la piel. Además, también reduce la pigmentación en la piel (debido, en parte, a su potencial antioxidante) y regenera el colágeno. ¿Parece un milagro, verdad?
Vitamina C, el combo antioxidante que tu piel necesita
La Vitamina C es sobre todo conocida por sus propiedades antioxidantes, ya que nos protege frente a agresiones externas que provocan el envejecimiento de la piel. Gracias a la Vitamina C nuestra piel lucirá más luminosa y saludable. Además, disminuye la hiperpigmentación y estimula la síntesis del colágeno reduciendo así las arrugas y reafirmando la piel.
Niacinamida, adiós a las arrugas, hola a la luminosidad
Es un ingrediente que funciona como antioxidante, ya que protege a nuestra piel del estrés oxidativo y de aquellos rostros que están más expuestos a factores externos que puedan dañar la barrera cutánea; reduce el acné gracias a sus propiedades antiinflamatorias y seborreguladoras; mejora el tono de la piel y refuerza la barrera cutánea.
Colágeno para dar firmeza y elasticidad
Nuestra piel va perdiendo firmeza conforme pasan los años, haciéndose que se vea flácida y hundida. Además, a partir de los 25 años, nuestro cuerpo deja de producir este activo de forma natural, por lo que se vuelve todo un imprescindible usar cosméticos que estimulen su producción para un rostro firme y elástico.
Hay activos que son completamente incompatibles. Por lo que, por nada del mundo, deberías mezclarlos, ya que pueden perder efectividad, anularse o, en el peor de los casos, causarte irritaciones, molestias o picores.
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